La mente resiliente
Resiliencia es una palabra que se puso de moda desde el inicio de la pandemia. Se nos invoca a ser resilientes, se nos dice que solo un líder resiliente puede sacar adelante el equipo, y hasta en el contexto familiar se habla de los padres resilientes. La American Psychological Association define a la resiliencia como “la capacidad de adaptarse y superar la adversidad”. Les dejo el link porque el artículo está muy bueno: Camino a la resiliencia
Cabe señalar que esta es una característica propia de la especie humana, de lo contrario no quedarían homo sapiens sobre la faz de la tierra. Todo nuestro proceso de evolución de 3 millones de años desde Lucy, no ha sido más que un permanente esfuerzo de cambio, adaptación y superación de la adversidad. Es así que todos tenemos la capacidad de ser resilientes, solo hay que saber en qué enfocar nuestra siempre dislocada mente. Dime donde pones tu atención y te diré como piensas, como eres, y probablemente hasta podamos hablar de tu futuro predecible con mucha precisión, ya que somos lo que pensamos.
Hace 8 años, la revista Scientific American MIND publicó un especial sobre la Mente Resiliente, escrito por los psicólogos Steven Southwick y Dennis Charney, bajo un sugestivo título: “Listos para cualquier cosa”. Según estos autores, si bien hay factores genéticos o adaptativos (ambiente) que pueden facilitar o afectar el desarrollo de nuestra resiliencia, todos podemos mejorar esta capacidad incorporando hábitos mentales y físicos que promueven la adaptación positiva al estrés y al trauma.
Gabor Maté, reconocido médico Canadiense, ha escrito un libro denominado “Cuando el Cuerpo Dice No”, en el que afirma que solo el 5% de nuestras enfermedades son heredadas genéticamente, las demás tienen que ver con traumas y estrés. Sin embargo, hay personas que pasan por los mismos eventos sin generar el trauma que otros experimentan. Esto tiene que ver con nuestra aproximación al evento, depende de nuestro enfoque y manejo del mismo.
En su libro “Resiliencia: La ciencia para dominar los retos más importantes de la vida”, Steven Southwick y Dennis Charney señalan que mientras más activemos específicas áreas del cerebro, más conexiones neuronales se formarán en esas áreas, facilitando una transmisión más eficiente de los mensajes que contribuyen a la resiliencia. Ellos identifican algunos caminos para generar resiliencia:
· Aprender a regular tus emociones
· Adoptar una mirada optimista, pero realista
· Ser una persona físicamente saludable
· Mantener una red social de soporte
· Aceptar retos
· Observar e imitar a personas resilientes
Quisiera terminar señalando que la regulación de las emociones, tiene mucho que ver con lo que en neurociencia se denomina “reevaluación cognitiva” (cognitive reappraisal); y que en negociación denominamos “reencuadre”. Al parecer esta sería una de las características importantes de una persona resiliente. El reencuadre se define como la capacidad para ver la situación de una manera distinta, dándole un enfoque que puede cambiar las emociones de la persona frente a determinado hecho o evento.
En decoración, cambiar el marco, o el paspartú de un cuadro o foto, lo cambia todo. En el desarrollo de la resiliencia y en el proceso de negociación también lo hace. Un buen negociador tiene que ser hábil haciendo reencuadre, ya que es una de nuestras principales herramientas dentro de la mesa. Si la otra parte me amenaza con su alternativa, yo no debo reaccionar ni asustarme, puedo reconocer que ese es su derecho, y reencuadrar la conversación hacia otro tema. Reencuadrar dentro de la mesa es llevar la negociación hacia el elemento que la otra parte no está utilizando. Es recibir a la otra parte con una broma que hace distender la situación. Es decirle a la otra parte que tenemos dos maneras de resolver esto, regateando, exagerando y mintiendo, o encontrando criterios que nos permitan sustentar lo que vamos a proponer a nuestras empresas.
Esto no es nada del otro mundo, los chistes son reencuadres, por eso nos reímos, la publicidad hace mucho reencuadre, y cuando frente a una situación complicada, vemos el lado que puede traernos crecimiento o algo positivo a nuestras vidas, estamos activando y fomentando la creación de conexiones que van a ayudar a regular nuestras emociones, porque antes de “reaccionar”, vamos a darle la vuelta a la situación. Roger Fisher creó uno de los reencuadres más poderosos en materia de negociación y manejo del conflicto: “Usted y yo no tenemos un conflicto… tenemos un problema en común”. ¿Bueno no?
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