Walking Manager – Segunda parte
El 27 de enero pasado falleció Ingvar Kamprad, fundador de IKEA. A los 17 años, utilizando una propina dada por su padre por haber sacado buenas notas, registró la marca IKEA. Hoy en día calificaría como un emprendedor, pero además de eso fue un disruptor. Tuvo tanto éxito en la venta de sus muebles para armar, que el gremio de vendedores de muebles de Suecia presionó para que no se le venda materia prima en ese país. Mala decisión, porque lo forzaron a utilizar materia prima de países asiáticos y a abrir tiendas fuera de Suecia, el inicio de la cadena IKEA. A un emprendedor no lo para nadie.
Kamprad fue un reconocido “Walking Manager”. Sobre esta cualidad ya hicimos referencia en una nota anterior, donde también recordábamos al Dr. Carlos Battilana, de Laboratorios Roche, otro gran walking manager (cuando esa nota fue publicada, recibí varios comentarios de personal de Roche, recordando con mucho aprecio al Dr. Battilana).
Kamprad cometió errores, como cualquier ser humano. Formó parte de un grupo pro-nazi, lo que él mismo calificó como el error más grande de su vida, por lo que escribió cartas personales a cada empleado judío de IKEA para disculparse personalmente por este hecho. Según su biografía en Wikipedia, también reconoció haber sido alcohólico. La humildad para reconocer el error, otra de las características de los grandes líderes.
Acabo de estar trabajando en el Banco Nacional de Bolivia, en La Paz, con el equipo gerencial del Banco, y cuando les pregunté por alguna persona que los haya marcado en su vida laboral, muchos coincidieron en una persona, cuyas habilidades y calidad humana sin duda habían dejado una huella imborrable en varios de estos gerentes. Algunas de esas cualidades que surgen cuando en los talleres hacemos esta pregunta son la honestidad, pasión por el trabajo, relación con el equipo, contacto con la operación, poseedor de una visión que comparte con el equipo, y humildad, entre otras. En pocas palabras, líderes que generan ambientes de trabajo que multiplican.
¿Es tan difícil hacer esto? ¿Qué les sucede a muchos ejecutivos que cuando ascienden se olvidan de las enseñanzas que nos dejaron esos líderes que nos marcaron para bien? Creo que el mejor homenaje que les podemos hacer a estos líderes y maestros que tuvimos el honor de conocer en nuestra vida laboral, es hacer con nuestros equipos lo que ellos hicieron con nosotros. Por mi lado, aprovecho para agradecer al Dr. Julio Salas, con quien tuve el gusto de trabajar como practicante en el Estudio Rodrigo, Elías y Medrano, quien me enseñó que las cosas se hacen bien, o simplemente no se hacen (nunca presentes un documento en el que citas una norma que no has leído). Un homenaje especial a todos aquellos ejecutivos que supieron ser walking managers por el gran impacto que han tenido en las vidas de sus equipos.
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