No es magia, es negociación

Tradicionalmente, las negociaciones colectivas tienden a tomar mucho tiempo. Si bien es cierto que no existen estadísticas oficiales al respecto, basándonos en nuestra experiencia de más de 20 años trabajando en estos temas, así como la opinión de algunos expertos consultados, estas negociaciones en la región duran en promedio entre 6 y 8 meses, reuniéndose por lo menos 1 vez a la semana (es decir, por lo menos 24-32 sesiones de trabajo).

Pero no solamente es el tiempo que se toman. Es que además estos procesos son absolutamente desgastantes, conflictivos, y en los que el enfoque está en ver quien gana y quien aguanta más.

La buena noticia es que esto se puede revertir. En el 2016 trabajamos nuestras intervenciones laborales con varios clientes, en las que capacitamos al sindicato y a los representantes de la empresa, y logramos que estos procesos se negociaran de forma más eficiente (en promedio menos de 9 sesiones de trabajo), que los resultados fueran legítimos para las partes, y que la relación saliera fortalecida.

No tenemos una varita mágica, ni una receta infalible, pero me permito compartir algunas de las claves para lograr estos resultados:

  • Romper paradigmas y vivir en el 2017: mientras la empresa vea al sindicato como el “enemigo”, y el sindicato vea a la empresa como el “explotador”, no se podrá avanzar de forma eficiente. Esta mentalidad no solo es antigua, sino además falsa. Las empresas y sus trabajadores (y el sindicato representa a los trabajadores) son socios y aliados estratégicos que están en una relación de largo plazo, se complementan, se necesitan, y por lo tanto deben enfocarse en aportar soluciones de beneficio mutuo.
  • Estructura y preparación: siempre lo decimos, pero vale la pena repetirlo: los mejores negociadores son aquellos que se preparan. Cuando las partes se enfocan en los intereses (lo que necesitan) y no en las posiciones (lo que piden), el proceso fluye. Si en base a esos intereses presentan propuestas (posibles soluciones) basadas en criterios de legitimidad (sustento, en qué se basan para proponer cada punto), las negociaciones tendrán mucha fluidez y avanzarán de forma expedita.
  • Suave con la gente, duro con el problema: esta es una de las frases más famosas del modelo de negociación de Harvard. Y esto aplica para procesos complejos. El sindicato tiene el deber de hacer reclamos. Y la empresa tiene la responsabilidad de poner orden y hacer que se cumplan las metas. Sin embargo, lo anterior requiere firmeza, no agresividad, y la delgada línea que separa estos conceptos debe manejarse con habilidad y destreza. Lamentablemente, frecuentemente los reclamos y las llamadas de atención se convierten en ataques, ofensas y agresiones que deterioran la relación y cuando esto sucede, cuando hay heridas, las negociaciones no avanzan.

Es claro que las negociaciones laborales son complejas, pero si se abordan con estrategia, preparación y proactividad, se pueden lograr procesos eficientes, con resultados legítimos, y con una relación de confianza y respeto que permita a las partes satisfacer los verdaderos intereses de todos los involucrados.

Ahora es tu turno, cuéntame ¿qué te parecieron estás 3 claves? ¿usas alguna otra técnica para negociar en menos tiempo?

Foto cortesía: Jin

Samuel Rodríguez
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Mar, 01, 2017

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