KPIs Demasiado Exigentes: Comportamiento Disfuncional

El mes pasado, Colm Healy y Karen Niven (1) publicaron un interesante artículo en el HBR referido a que cuando los objetivos de desempeño o KPIs de las empresas son muy exigentes, conllevan a comportamientos poco éticos en sus ejecutivos. Este tema se viene estudiando desde el colapso de Enron en el 2001, cuando los investigadores independientes señalaron que una de las principales razones del comportamiento delincuencial de los ejecutivos de esta compañía, se debió a la práctica de establecer objetivos de desempeño (KPIs) extremadamente difíciles de lograr.

Hoy en día hay mucha evidencia de las perniciosas consecuencias que tiene colocar este tipo de KPIs. En el Journal of Business Ethics encontramos un excelente artículo sobre este tema. Y en la misma línea está el artículo “Goals Gone Wild: The Systematic Side Effects of Over-Prescribing Goal Setting”. En este último, diversos profesores de Harvard señalan que el establecimiento de este tipo de objetivos:

  • Tiene un efecto colateral más serio y sistemático de lo que se pensaba.
  • Le hace daño a las organizaciones.
  • Degrada el desempeño de los empleados, y cambia su foco de aquello importante con efectos de largo plazo, hacia objetivos de corto plazo.
  • Daña las relaciones interpersonales, corroe la cultura organizacional, y motiva comportamientos poco éticos.

Hace poco escribimos un post “KPI: Destruir la Marca”, en el que señalamos los lamentables ejemplos de Volkswagen, Mitsubishi, y Takata. El mes pasado tuvimos el escándalo de Wells Fargo, uno de los principales bancos de los Estados Unidos, donde se comprobó que esos KPIs tan exigentes llevaron a que sus ejecutivos abrieran más de 1.5 millones de cuentas bancarias sin el conocimiento de los clientes.

El banco fue multado con 185 millones de dólares, se despidió a 5,500 empleados, y en el Comité Bancario del Senado norteamericano se abrió una investigación sobre el tema. Sin embargo, el delincuente principal John Stumpf, CEO del banco, señaló que no renunciaría. ¿Increíble no?

No solo tenemos el tema de los KPIs demasiado exigentes, sino el de los KPIs desalineados. Cuando en los talleres de negociación preguntamos a ejecutivos de distintos tipos de industrias, cuáles son sus negociaciones más complicadas, las internas o las externas, ya saben qué responden: las internas, ¿por qué? – Simplemente porque cada área de la empresa tiene un KPI distinto y en algunos casos contradictorio con el KPI de otras áreas. Algo tan simple, alinear los KPIs de las áreas en un sentido corporativo, pensando en el largo plazo.

Luego de escribir tanto sobre este tema, ya me estoy sintiendo como Colón cuando afirmaba que la tierra era redonda. Pero bueno, si no seguimos insistiendo, ¿para qué estamos los consultores?


(1) ^ Colm Healy es consultor Senior en las oficinas de EY en Dublin – Karen Niven es profesora Asociada de Psicología Organizacional en la Universidad de Manchester.

Eduardo Moane

Oct, 17, 2016

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